domingo, 31 de enero de 2010

Huerto urbano, enero - Hiri ortua, urtarrila


A pesar de ser invierno y con el retardo que supone para el crecimiento de nuestro huerto este clima, los vegetales crecen poco a poco. ¡Incluso ha nevado! Hemos soportado temperaturas de -2 grados, cosa que hemos solucionado metiendo nuestras macetas y tiestos en casa. ¡Ojo! Necesitamos luz y sol, así que cada vez que sale un rayo movemos las macetitas para que se alimenten de calor.


A principios de enero nos atrevimos con algo nuevo y muy útil. Quien no usa perejil en sus comidas… pues a plantar perejil! Compramos las semillas y tierra en nuestra floristería de confianza, Ruth nos recomendó el de hoja lisa petroselinum sativum latifolium por ser la variedad más común y la que presenta un sabor más fuerte e intenso. Pusimos una capa abundante de tierra que humedecimos con agua, encima pusimos las semillas al azar sin recargar la tierra y finalmente otra capa fina de tierra encima. Esperamos tres semanas y… ya podemos ver nuestros primeros brotecitos de perejil! Que orgullo! Tan verdecitos, tiernitos e indefensos… tampoco nos echemos tantas flores… plantar perejil es muy fácil. Mientras no brote la semilla se humedece el agua y se mantiene el tiesto en lugar cálido e iluminado, se espera y pluf! Brota! Una vez que aparecen las primeras señales de verde se saca a la calle y ya no se riega tan abundantemente. Cuidado ahora con el frío y las heladas, son brotes, por lo tanto son más delicados.


Por lo demás nuestro huerto va viento en popa. Las lechugas están preciosas y las cebolletas están engordando su tallo. Si os habéis dado cuenta para las lechugas hemos utilizado jardineras pequeñas de unos 20cm de altura. Con eso basta para lechugas, berros, zanahorias pequeñas, espinacas, canónigos,… y vegetales de raíz corta.

Vaya! Ya hemos tenido nuestra primera desagradable pero efímera visita, unas mosquitas con muy mala pinta que andan rondando nuestras lechugas y cebolletas. Sabíamos que era demasiado bonito para ser cierto… Esperaremos para ver qué pasa, no nos gustan… Después de la nevada subieron las temperaturas y salió el sol y con el aparecieron estos bichitos indeseables. Esperemos que con la vuelta del frío mueran y desaparezcan, mientras tanto seguiremos vigilantes.

¿Sabías que, la nieve es maravillosa para las cosechas? Aparte de regar la tierra y llenar los pantanos de agua, el frío intenso mata los bichillos de la tierra y la somete a una pequeña esterilización. Así, cuando plantamos en primavera la tierra está más que lista para recibir los vegetales y es una tierra de calidad. De ahí que… año de nieves, año de bienes.

¡Esto va bien, que buena pinta tienen las lechugas!

Hacen aparición estelar los ajos, con más fuerza que nunca, crecen como la mala hierba, sobre todo cuando les da el sol. Aunque… creemos que uno de los dientes está de huelga. No quiere salir, han salido todos menos él. Peor para él…

Y tenemos otra sorpresita en nuestro mini huerto urbano… ¡El romero que tenemos ha dado flor! Estas son las pequeñas cosas que te alegran el día. Como habréis observado no es época de floración del romero (primavera y otoño como segunda floración), es la magia del huerto urbano. En un balcón está más protegido y nos ha regalado esta pequeña joya. Nos encanta el romero y como dice el refrán “de las propiedades del romero se puede escribir un libro entero”.


Consejo: no hace falta que compréis macetas, jardineras y tiestos varios. ¡Reciclad! Podéis usar cubos de fregona viejos, bidones, cajas de madera, plástico u otros materiales. Incluso hemos visto utilizar tazas de váter viejas como tiesto (muy original). Nosotros hemos reciclado una cesta de Navidad para plantar los ajos. No os olvidéis de hacerles agujero debajo para que el sobrante de agua de riego no se quede dentro y pudra las raíces de nuestro vegetal.

Despedimos esta nueva entrega de “Huerto urbano” orgullosos y satisfechos por los resultados que nos están dando nuestros vegetalitos. Como podréis observar no es tan difícil crear un pequeño huerto urbano en nuestro balcón. Esperaremos a la pronta recolección de las lechugas, que serán las primeras que pisarán nuestros platos. Después de recolectar las lechugas empezaremos a pensar en crear una “producción continua”, de la que hablaremos en el siguiente capítulo. Como última observación, es temporada de plantar fresas. Uuummm fresitas… Tal vez las introduzcamos en nuestro huerto… Hasta la próxima!