Después del parón estival, volvemos con fuerzas renovadas. Sentimos mucho la ausencia, y haciendo caso a nuestros lectores que esperaban el próximo artículo de "Huerto urbano", nos lanzamos otra vez a la aventura de informar de nuestros fracasos y aciertos.
Este verano, los fracasos han igualado a los aciertos y viceversa, por lo tanto, teniendo en cuenta que es la primera vez que nos lanzamos a cultivar nuestros propios vegetales, nos sentimos orgullosos de nuestro huerto urbano.
Empezaremos por las lechugas, sin duda y desde que empezó la primavera, uno de nuestros grandes fracasos. Los síntomas, las primeras hojas, las que tenían contacto con la tierra se pudrían si remisión. Haciendo caso a los expertos, espaciamos la plantación, dejando más espacio entre vegetal y vegetal, incluso controlamos la humedad de la tierra, puesto que podía ser un exceso de humedad y riego. Al final resulto que, aparte del exceso de humedad, que este año ha sido catastrófico para todo tipo de plantaciones, hemos tenido que luchar contra un hongo de la tierra que pudría nuestras plantaciones. Estos molestos visitantes, desaparecen cuando bajan las temperaturas, por lo tanto, nos volvemos a lanzar a la aventura de cultivar lechugas.
Los tomates, éxito incuestionable. Hemos obtenido una producción generosa y muy muy muy sabrosa. De cada tomatera, plantadas en un recipiente Leopoldo XL, hemos obtenido de abril a agosto una producción de unos 30 tomates, entre grandes y pequeños, no esta nada mal. Aunque a última hora, obteníamos tomates de pellejo duro y gordo debido a la bajada de temperaturas. Eso sí, todos de un color intensísimo y un sabor increíble. Podríamos decir que no hemos comido tomates con tanto sabor y olor.
Zanahorias... bonito experimento... La producción no ha sido nada espectacular, pero hemos conseguido recolectar unas 20 zanahorias de un tamaño bastante pequeño. Aunque como ocurre siempre en estos casos, conseguimos zanahorias de un sabor insuperable. Pequeñitas, pero riquísimas. La enseñanza, mas abono y riego. Hemos aprendido para el año que viene.
Rábanos y cebolletas, sin problemas, fácil producción, rápida en el caso de los rábanos y muy sabrosa también.
A partir de ahora, toca pensar en plantar en otoño-invierno, porque aunque no lo parezca, también se puede plantar cuando bajan las temperaturas, y más en un maceto-huerto. La próxima entrega analizaremos como podemos proteger nuestro maceto-huerto del frío, y qué podemos plantar en esta época.